Así que hoy poco a poco y como manda nuestra pequeña tradición, subimos hasta la ermita, y aun a regañadientes como siempre, me dejo hacerle algunas fotos, justo en el momento que el sol se escondía por detrás de los montes de Cádiz.Además mientras estábamos en ello, apareció un amigo, y mira estuvo jugando un rato mientras yo descansaba.
Tengo ganas de estar bien para poder recorrer entero nuestros montes otra vez.
Desde el último día de Junio, no habíamos vuelto, y ha sido una pasada.






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